A una amiga…

Hay momentos difíciles y otros más llevaderos, hay circunstancias que entendemos al instante y otras que requieren tiempo para ser comprendidas…

Entiendo tu tristeza, daría cualquier cosa por quitarte gran parte de ella, llevarla conmigo y así aliviarte un poco. Entiendo también que eso resulta imposible.

Quiero hacerte entender que el sol sale todos los días, para todos; que los niños sonríen con la misma ingenuidad que ayer; que las flores continúan bonitas, con alegres colores; que la música sigue sonando, con el mismo ritmo que antes; que siempre habrá para ti un rincón especial, con personas especiales y con un “él” también especial; pero, por encima de cualquier cosa, quiero hacerte entender que SIEMPRE, podrás contar conmigo.

Quizá ahora el ¿por qué?, se esconde, luce borroso; dejemos entonces de buscar razones, enfoquémonos en el ¿para qué?, y verás como de inmediato asaltan algunas sugerencias: i.) para reconsiderar el rumbo que le has dado a tu vida, ii.) para frenar un estado que poco a poco te ha ido quitando espacio, que te ha hecho llorar pero que no lo has comentado, por miedo al siempre tan impertinente ¿qué dirán?, iii.) para abrir paso a lindos momentos, a momentos de AMOR, pero de amor real, del bueno, del genuino, del puro, del que no hace daño, del que da ganas de vivir, de soñar, de reír…!

Me encantaría abrazarte en este momento, decirte lo importante que eres en mi vida. Lamentablemente, no lo puedo hacer… estás físicamente lejos. Quisiera ayudarte de la misma forma como cuando chiquitas evitabas que los regaños se concentraran en mí, sino que fueran distribuidos entre las dos.

Quiero que sepas que eres parte importante de mi vida, que le pido a Dios, a La Virgen y a Los Angelitos, que nunca te abandonen, que te den la fortaleza que hoy sientes perdida…

¿Te das cuenta como si puedo decirte que TE QUIERO, te das cuenta que (contrario a lo que piensas), me siento ORGULLOSA de ti?

Simplemente,

TE QUIERO.-