Me gusta abril como todos los meses del año. No hay un día en especial que me haga anhelar su llegada.
Este año, sin embargo, la llegada de abril me hace sentir feliz. Tengo muchos proyecto que con la ayuda de Dios, la ayuda de mi gente y mi esfuerzo, estoy segura que voy a culminar con éxito.
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Comienzo un nuevo postgrado. Lo mencioné en un post pasado... volveré a ocupar, después de 4 años, un espacio en la UCAB. Tengo muchas expectativas y muchísimas ganas de empezar; es, de cierta manera, reencontrarme con la etapa más bonita que, hasta ahora, he tenido en mi vida: "La de la Universidad".
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Disfrutaré de la playa, de sus paisajes y de su tranquilidad como hace mucho tiempo no lo hago. Y eso me fascina. Mi niñez está llena de muchos recuerdos con olor a Higuerote. "La casa de la Playa" es para mí un viaje al pasado. En ella aprendí a nadar, usé por primera vez un traje de baño de 2 piezas (ese día me quemé mucho la barriga), me dieron mi primer beso, aprendí a montar bici sin ruedita... en fin, me encanta estar en ella. Por eso sentir que volvemos a frecuentarla como antes, me emociona.
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Enfrento y disfruto nuevos retos a nivel laboral; retos de los cuales aprendo y disfruto, pero que me recuerdan que debo avanzar, dar un paso y buscar nuevos caminos; que ya el ciclo se cumplió. Entiendo, ahora sí, que los limites a mi crecimiento están en mis manos y no en manos ajenas. Eso implica una decisión que voy a tomar de forma oportuna y responsable, pero que ¡voy a tomar!, y eso también me pone feliz porque me hace entender que vienen cambios; cambios que nacen de una necesidad de crecer.
Tengo un almanaquito que anualmente entrega la Sociedad de Niños Ciegos de Venezuela, el pensamiento que acompaña al mes de abril, dice: "cuando tu mayor debilidad es el amor, eres la persona más fuerte del mundo", de Garman Wold. No sé si hubiese quedado mejor para el mes de febrero, pero ya febrero pasó y no recuerdo cuál era su reflexión; lo que sí sé es que me gustó mucho y por eso la dejó aquí, para compartirlo con todos ustedes.
¡ Feliz abril !
P.D.: Ya he comido 2 veces en el "restaurancito de la Playa", (que queda a 5 minutos -caminando despacito-, de "la casa de la Playa"), con los pies llenos de arena y el corazón muy emocionado. Si mi acompañante supiera lo feliz que me hace estar allá con él, seguramente me llevaba todos los días.