lunes, 28 de diciembre de 2009

Hace 5 años...

Hace 5 años recibí una de las más tristes noticias que he recibido: el saber de tu partida.

Aún recuerdo como, en medio de la alegría navideña que inundaba los lugares, luchabas justo en el límite entre la vida y la muerte.


Fue fuerte ver como tu característica altivez cambió a una sumisión total conforme tus labios se iban secando, y tus palabras sólo tenían coherencia en el Mundo en el cual algún día nos encontraremos, y del que tú ya disfrutas en compañía del que fue tu único y gran amor. Aún recuerdo con la misma claridad de hace 5 años, la forma en la que me mirabas al compás de las curvas que recorría la ambulancia desde tu casa hasta la clínica; luego nos tocó ir juntas desde la clínica al Hospital y finalmente desde el Hospital hasta el lugar donde la evidencia de tu presencia, sólo desde el punto de vista material, se redujo a cenizas.

Hoy volví al lugar donde, por cuestiones de leyes, tuve que ir el día siguiente a tu partida. Ver mi firma en el libro como testigo de tu ausencia, me conmovió. Nadie lo sabe, pero hoy, por un instante, hasta sentí el olor de aquella vez cuando acompañada por un extraño me blindé de la fuerza que pocas veces encuentro para no sumar al dolor de mi papá, la tragedia que supone realizar cualquier trámite; ya bastante tuvo con el trato recibido en el Hospital.

Conforme vamos creciendo y así conociendo el lado oscuro de tantas cosas, nos aferramos más al cariño genuino… quizá es por eso que te extraño. Siempre recuerdo las palabras exactas de mi mamá al momento de recibir la noticia: "... se nos fue alguien que nos quería mucho...".

Sentí la necesidad de escribirte, sé que mis palabras te llegan, sé también que estás de fiesta allá arriba: ¡TE GUSTABA LA NAVIDAD, ABUELA!, así que disfrútala… en nuestros recuerdos y sabores siempre quedarán tus garbanzos, tus pizzas, tus gelatinas, tus galletas, tus almendrados y por supuesto tu "3 leches" que preparabas especial para mí en mis cumpleaños y cada vez que te lo pedía…


Que Dios te abrace eternamente, “Paquita”.